La colocación de implantes dentales en la práctica odontológica es una de las especialidades más comunes en nuestro día a día.
Desde la primera colocación de implantes por el Dr Per-Ingvar Brånemark en 1967 al paciente Gösta Larsson y a su conductor Sven Johansson por el éxito obtenido, muchos han sido los cambios de macro y micro diseño tanto de la superficie de implantes en contacto con el hueso y tejidos periimplantarios, así como las conexiones de los mismos desarrolladas por la Industria Implantológica.
Al evaluar el estado de nuestros implantes a corto, medio y largo plazo debemos tener en cuenta que varios factores externos van a poner a prueba la eficacia de los mismos, su correcto diagnóstico y ejecución realizados en su día, así como deberemos utilizar métodos fiables de evaluación para poder determinar si hemos sido exitosos o simplemente estamos sobreviviendo al deterioro de los tejidos circundantes y a las sobrecargas que estos implantes han sufrido durante el tiempo de actividad.
En el año 2007 se estableció en el «International Congress of Oral Implantologists, Pisa, Italy, Consensus Conference 2007» la diferencia entre SUPERVIVENCIA o el ÉXITO de nuestros implantes.
Esta nomenclatura se aplica con el objetivo de dar un correcto diagnóstico y estudio clínico al estado de los mismos teniendo en cuenta varios factores clave como son:
- Dolor
- Movilidad
- Pérdida de hueso radiológica
- Exudado o sangrado
- Sondaje
En base a estos datos podremos clasificar el estado de los mismos así como podremos pronosticar a corto, medio y largo plazo la supervivencia formando 4 grupos:
- Éxito
- Supervivencia satisfactoria
- Supervivencia comprometida
- Fracaso (clínico o fracaso absoluto)
Con el objetivo de aplicar todas las bases biológicas a nuestra toma de decisiones teniendo en cuenta los factores clave que podrán deteriorar y llevar al fracaso en nuestros implantes, en la Masterclass La Regla de los 7 factores para Máxima preservación de hueso, podrás tener un criterio válido y predecible a la hora de elegir tu sistema de implantes, los biomateriales regenerativos adecuados así como los tiempos clínicos de actuación para evitar complicaciones y ser más predecible.